viernes, 27 de julio de 2012

Conversación en bar irlandés

- Verás, no quiero mentir a una persona nada más conocerla porque me convertiría en un mentiroso y yo, desde que era crío, he despreciado a los mentirosos. Como no quiero tener motivos para despreciarme, voy a hacer algo propio de mi: decir la verdad.
Soy perseguido por la policía.
- Co..como? - tartamudeó la morena.
- Mm..me pepersigue la policía - tartamudeó él vacilando.
- Pero que quieres decir, que la policía te persigue?
- Soy perseguido por la policia, me persigue la policia, la policia me persigue e incluso se puede decir que la policía va detrás de mi. No te impresiones, es todo por lo mismo.
- No me impresiono, sólo me asusto...
- No es poco
- El qué?
- Nada, da igual...

- Entonces, si no eres ningún mentiroso, vas a contarme porque te persigue la policía, no?
- No.
- Como que no?
- Pues como que no.

La chica empieza a hacer gestos característicos del no saber qué hacer: mirar a su alrededor como si buscara algo o alguien, dar un trago a una botella casi vacía, rascar la etiqueta de la misma, mirar la hora, sacar el móvil...

- Soy hacedor de risas.
- Qué?
- Que soy hacedor de risas, en serie. Hago que la gente se ría.
- Querrás decir en serio, no?
- Se hablar, en serio. Soy hacedor de risas en serie. 

La chica no puede evitar soltar una gran carcajada provocada más por la confusión del no saber si algo va en serio o no que por otra cosa.

- Shtttt, no te rías, me estan buscando y si ven que ríes van a sospechar! desde la última luna nueva, todos los que van de listillos o graciosos son detenidos, siempre que les pillen, claro. Yo no quiero que me pillen, si que quiero escapar. Entiendes?
- Claro... si quieres ven a mi casa, vivo justo encima. Puedes esconderte unos días allí.
- Tu exceso de generosidad la convierte en un defecto. Casi no nos conocemos, podría matarte, estas loca?!  muchas gracias, pero no quiero vivir con una loca.

La chica para no llamar la atención ahora se aguantaba la risa provocada esta vez por la absurda imagen que daba su compañero.

- Muchos estarían atónitos ante esta situación, en cambio tu, tu joven chica, te ríes mucho... No me gusta.
- Ven, va, no seas tonto.
- No, gracias. Tengo que irme. Ya nos veremos.